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Plataformas Abiertas Vs. Noticias Falsas

23 mayo, 2018

El revuelo de las redes y las famosas “Fake News”, o noticias falsas, es un problema muy relevante en esta etapa de la comunicación digital.

El origen de este problema recae en dos principales factores, el primero, en el factor legislativo y, el segundo, las plataformas; hablando de las 2 principales generadoras de este problema: YouTube (2005), fundada por Chad Hurley, Steve Chen, and Jawed Karim, hoy propiedad de Google, y Facebook, propiedad de nuestro muy reconocido Mark Zuckerberg.

El conjunto de estos elementos ha detonado este gran problema, al cual podríamos dar solución de la siguiente manera:

La ley debe regular la distribución de contenido como lo ha hecho con los medios tradicionales. Esto no se refiere a atentar contra la libertad de expresión, que es lo que muchos entienden cuando decimos que hay que regular; esto atiende de manera directa a la distribución de contenido ilegal que viola derechos de autor (piratería o plagio), pornografía ilegal (infantil o no autorizada), contenido de índole terrorista o criminal (narco videos, torturas, amenazas, etc.), ejecuciones voluntarias (suicidios) y haciendo referencia al título, contenido difamatorio perjuicioso, una acción que consiste en provocar un detrimento a alguien o algo a través de calumnias o mentiras. Eso es la definición de “Fake News”. Es importante definir que existe contenido perjuicioso el cual no es mentira, sin embargo, debe estar debidamente sustentado para legitimar su distribución.

La sanción debe ser aplicada a la persona que la distribuye de primera mano a la audiencia, es decir, a las plataformas. Y ellas definirán su metodología para transferir esta sanción al responsable correcto.

Hoy día se lavan las manos con la falsa y errónea justificación de que ellos no generan el contenido, sin embargo, ellos sí son dueños de la plataforma que permite la distribución del contenido sin una correcta responsabilización de quienes la utilizan, por lo tanto, claro que son 100% responsables y no hay justificación.

Si lo llevamos a un ejemplo más común:

Supongamos que un narcomenudista es sorprendido en el acto, vendiendo alguna sustancia ilegal. En ese momento la ley lo detiene, y acorde a ella, se le aplicará la debida sanción; sin el justificante de: “si él es el responsable de su producción o no”, simplemente es parte de la red delincuencial y por ello amerita el castigo.

Llevado a las plataformas, estas son continuamente sorprendidas distribuyendo productos ilegales, pero a estas sí se les justifica ante la ley diciendo que ellas no son las responsables de la producción de dicho contenido, sin embargo, son directamente responsables de su distribución y son las que verdaderamente lucran de ello. Esto es lo que detona el problema.

Como se expone, hoy día, la falta de leyes en el ámbito digital y la falta de responsabilidad imputable que generan las plataformas, son los que permiten que este modelo de comunicación sea explotable.

Anuar Bajos

COO DAB Media